Su libro "Ocho islas y un invierno" tiene versos tan maravillosos como estos:
“Las cicatrices del agua
nos miran.
Sospechan que somos culpables
de todas sus heridas”
“La mirada del agua
esconde ríos con cicatrices”
“Pero yo no soy quien le roba su canto a los delfines,
ni quien mancha la nieve con semen azul,
no soy yo quien lidera un ejército de larvas convulsas.
No, este plato de cucharas y cadáveres
no es mío,
no me pertenece”.
"Aullad, aullad, lobos,
antes de que la ciudad de los milagros
nos duerma
y nos mate con sólo mirarla."
1 comentario:
Un gustado haberte tenido a mi lado.
Un lujo de los de verdad.
Besos,
Marta Navarro
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