El próximo jueves, 17 de septiembre, a las 13h, impartiré la conferencia que lleva por título SLOW CITIES: APRENDIENDO A VIVIR DESPACIO.
Tendrá lugar dentro de las II Jornadas sobre Movilidad Sostenible organizadas por el Ayuntamiento de Sevilla en la SEDE DE TUSSAN, Av. Andalucía 11. Sevilla.
RESUMEN CONFERENCIA EDITH CHECA
EL TIEMPO NO ES CORTO, ES ESTRECHO y, por tanto, sólo podemos hacer cosas de una en una, no doscientas a la vez. Y deberíamos disfrutar de cada una de las cosas que hacemos, sea lo que sea, y disfrutar del proceso, del tiempo real en que deben hacerse. Disfrutar del aquí y el ahora. Es lo mismo que debemos hacer cuando leemos un poema, o cuando besamos, o cuando paseamos por una ciudad o cuando viajamos.
LA VIDA SLOW es un cambio cultural hacia la ralentización, hacia la desaceleración de nuestra forma de vivir la vida y así conseguir disfrutar de verdad. La vida Slow nos permite revalorizar el amor, las relaciones personales y las actividades que nos dan placer, como el comer de forma saludable. Es un cambio en nuestra actitud ante la vida: ralentizarnos en la forma de trabajar, de hablar, de relacionarse con los vecinos, con los amigos, con la familia.
¿Qué son las Slow City?
¿Qué significa slow food, slow travel, slow sex, slow people?
¿Vivir la vida más despacio da felicidad?
MANEJAR EL TIEMPO A GOLPE DE VERSOS. Cuando pronuncio la palabra Futuro, la primera sílaba pertenece ya al pasado. Cuando pronuncio la palabra Silencio, lo destruyo. Cuando pronuncio la palabra Nada, creo algo que no cabe en ninguna no-existencia. La poesía puede ayudarnos a vivir la vida con profundidad y más despacio, paladeando cada sensación, emoción, sentimiento e idea. Sólo hay que vivirla.
1 comentario:
Hola amiga poeta: dices que el silencio lo destruyes, y a mí me produces un terrible abatimiento en las pupilas del alma. Pero si el silencio es la musa de la POESÍA.Me pregunto ¿qué haría yo sin él? Sin esos silencios en los parece que la poesía habla sola por el aire sílaba tras sílaba. Dices que solo hay que vivirla. Y estoy de acuerdo, siempre que a uno le vibren hasta las cuerdas vocales de la palabra.
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